Sobre el aborto.


Autor: Swami B.A. Paramadvaiti

Amigo(a) de mi alma, el abortar a un niño es como perder la fortuna de la vida de uno mismo; el aborto, es la invitación a la desgracia. Después de haber participado en un aborto no se podrá ver a ningún niño sin recordar a la criatura a la que se le negó el derecho de vivir siendo asesinada, eliminada, por decisión suya. Usted es quien tiene el poder de recibir a un niño y darle todo el afecto, tal y como papá y mamá se lo dieron a usted. De igual manera usted también puede quitarse la vida, porque este embrión es usted mismo; es un hermano o hermana con su mismo valor, con el mismo deseo de vivir, y si usted participa en este crimen, se va a arrepentir después, sin poder devolver nada, y su vida va a ser arruinada porque no va a poder olvidar lo que ha hecho, considérelo, ¡despierte!
Querido amigo(a), en el caso que usted haya cometido semejante crueldad y quiera que Dios le perdone, dedíquese totalmente a evitar que ese error sea cometido por otros; háblele a todo el mundo, a todos los que conozca para que no maten a un pobre niño que está dentro del vientre con esperanzas de nacer.
No existe pecado que Dios no pueda perdonar; pero la matanza de un niño es algo muy grave. Lo más seguro es que este niño que está siendo abortado estuvo involucrado en el asesinato de un embrión, y si usted participa ahora en esto, va a ser abortado(a) en su próximo nacimiento, porque no se le olvide: “Ojo por ojo diente por diente.” Si hemos hecho algo así, la reacción será muy fuerte y sólo Dios puede perdonarnos; significa que debemos cambiar nuestra vida y volvernos misioneros del mensaje del amor y  no matar a los niños, ni a los animales; porque primero los hombres matan a los animales cruelmente, luego matan a los niños en los vientres y finalmente se destruyen unos a otros en los campos de batalla, así lo vio el filósofo y poeta Tolstoy, y así es.
Despierte de una vez, vuélvase mensajero del amor, no mate a los niños y sea excelente padre o madre para que pueda cuidar a sus hijos y puedan mostrarles el camino hacia la verdad, hacia la luz espiritual, hacia el amor universal, hacia la comprensión del verdadero sentido de la vida; porque sólo Dios puede crear nuestra vida y sólo Dios tiene derecho a terminar con una vida. En este mundo nosotros debemos ser instrumentos del amor de Dios, y todos los días debemos repetir esta oración:
“Oh mi Señor déjame ser un instrumento de Tu amor.”
Carta de un niño
“Quiero vivir.”
Gracias mamá por regalarme la vida, gracias mamita por esta oportunidad; yo quiero ver el mundo donde tú vives, pero tú sabes mamita que soy débil e indefenso, la suerte de mi existencia sólo depende de ti. Cómo quisiera que vieras lo feliz que yo me siento cuando me hablas y me mimas y tus manos me acarician como queriendo decirme que también eres feliz, por eso desde aquí en mi humilde condición quisiera gritar que madre no hay sino una, no tengo mis sentidos, ni mi cuerpito completo; pero alcanzo a analizar que no te puedo pagar lo que tú has hecho por mí, ni con todo el universo. Si me dejas nacer yo te prometo mamá que voy a esforzarme hasta cumplir tus anhelos, no gastes tu dinero para deshacerte de mí, yo soy sangre de tu sangre, cuerpo y alma de tu alma, quiero que el día que yo nazca, poder verte llorar muy feliz.
Gracias mamá por ofrecerme tu vientre para que gestes mi principio natural, yo aquí me siento resguardado y protegido, mi cálido y dulce nido, mi riachuelo cristalino, donde sueño, danzo y río; y mis ansias puedo calmar.
Algo que te recuerdo es que soy parte de ti; cuando tú lloras, yo lloro, cuando tú sufres yo sufro, pero cuando tú sonríes me haces el ser más feliz.
Señor de infinito amor y de apacible semblante postrado a tus pies quiero entregarte mi alma, cantando tus Santos Nombres.
Compositor:
Inain Castañeda - Akarma Prabhu –
Máximas:
* El aborto es una invitación a la desgracia.
* ¿Desde cuándo le hemos dado a una madre el derecho de matar a sus hijos, nacidos o no nacidos?